Las siglas son un importante aliado en los textos médicos, y su misión es evitar tediosas repeticiones de largas denominaciones, pero en los últimos tiempos estamos asistiendo a un uso abusivo que es preciso evitar.
A continuación se exponen, a grandes rasgos, sus principales características:
- Las siglas se utilizan para evitar repeticiones de términos o denominaciones largas cuando estas abundan en el texto, de modo que si la sigla solo aparece tres o cuatro veces, es preferible desarrollarla y quitar la sigla.
- La sigla debe desarrollarse la primera vez que aparece el concepto o término que se va a abreviar, y se debe poner entre paréntesis. A partir de entonces, se utilizará siempre la sigla.
- Las siglas nunca llevan plural; es incorrecto añadirles una "s" al final para expresar el plural (esto es un calco del inglés).
- Es aconsejable adaptar las siglas al español, salvo casos de siglas inglesas cuyo uso está ya muy extendido, como por ejemplo ELISA, TNF, FSH, etc.
- Intentaremos evitar las siglas en los títulos o ladillos.
- Se evitará abreviar en siglas conceptos o entidades de uso poco común, ya que obliga al lector a volver atrás en el texto para buscar el significado de esas siglas poco comunes.
- Enlace donde consultar el significado de muchas siglas médicas:
- Cuidado: las siglas deben ir precedidas por el artículo correspondiente, que ha de concordar en género y número. Así, es incorrecto decir "el EPOC", y correcto "la EPOC".
- CONSEJO: es muy útil hacer un listado de las siglas que van apareciendo.
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